27 jun 2010

Ofensiva contra la población trabajadora y sus derechos

Un ataque brutal contra nuestros derechos

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Se puede asegurar, sin lugar a dudas, que las medidas que está adoptando el gobierno, es el mayor ataque a nuestros derechos, a los derechos de la población trabajadora, desde hace muchas décadas.

El gobierno del PSOE, una vez más, ha engañado, traicionado o defraudado a mucha gente trabajadora que puso su confianza en él. Tristemente, en cuanto les han apretado un poco las tuercas, se han rendido a las directrices que marca la derecha europea, encabezada por la alemana ¿Donde quedan sus compromisos y promesas?

Los sindicatos tampoco han estado muy finos, y no viene de ahora. Desde que empezó la crisis, hace más de 2 años, hemos defendido en nombre de la sección sindical y del sector crítico del que formamos parte, en todos los foros donde estamos representados en nuestro sindicato, que la estrategia era equivocada y que había que pasar a la acción, con las movilizaciones necesarias, incluida la convocatoria de una huelga general si así era necesario, para exigir las medidas que hicieran pagar la crisis a quienes la habían provocado.

Por desgracia, una vez más, el tiempo nos da la razón ¡Y nos decían que sería hacer el juego al PP! ¡Qué gracia!

Por resumir, a lo largo de este tiempo hemos insistido en que lo primero era regular el sistema financiero y la banca, verdaderos responsables de la crisis junto a los políticos y los poderes públicos que se lo permitieron. Llegamos a plantear que había que exigir la nacionalización de un banco, con dos argumentos: que el estado se dotase de un banco para prestar dinero directamente a las personas y a las empresas, y para obligar al resto de los bancos para que se pusieran las pilas.

La decisión fue la contraria, el dinero público se fue a los bancos que se lo guardaron para solucionar sus problemas, mientras las personas y las empresas se ahogaban sin poder acceder a créditos bancarios.

Que era necesario coordinar los ERE,S que se estaban tramitando, para hacer un frente común y evitar despidos. Cada empresa ha tenido que afrontar su ERE como ha podido, mucho peor lo han tenido en la empresa pequeña. El goteo de despidos se ha ido produciendo hasta alcanzar las cifras de paro actuales.

Que había que dar cobertura a las personas que se quedaban sin trabajo, para que se abonase el seguro de desempleo indefinido mientras durase la crisis. En lugar de la miseria que les abonan, con la única intención de que no se vieran obligados a salir a la calle a romper nada. Motivos no faltan.

En estos momentos, nos encontramos con todo el ajuste puesto en marcha, la reforma laboral y todo lo que nos vendrá más pronto que tarde como la reforma de las pensiones (conel aumento de la edad de jubilación y el endurecimiento de las condiciones para acceder) o el ajuste de las prestaciones de desempleo. Cómo no les paremos los pies van desbocados.

Con la reforma laboral no se crea empleo (eso lo reconoce hasta el propio gobierno). Lo que sí va a permitir es cambiar unos empleos por otros. Las posibilidades de un despido barato aumentan para todos los trabajadores, dando igual la antigüedad que lleven en la empresa.

Para crear empleo son necesarias inversiones públicas y privadas (lo contrario a lo que está sucediendo y que va a suponer más pérdida de empleo), empezando por la enseñanza para eliminar el fracaso escolar (que se ceba en los hijos de la población trabajadora con menores ingresos), que evite la incorporación de tantos jovenes al mercado laboral antes de lo que les pertenece. De esta manera recibirán esa formación tan necesaria para el futuro y se reducirán las listas del paro considerablemente.

También hay que prestar atención a las facilidades que da a las empresas con pérdidas, para que puedan descolgarse del convenio, la flexibilidad interna que da más poder a los empresarios, para la modificación de las condiciones de trabajo y la reforma de la negociación colectiva, con la intención de individualizar las relaciones laborales.

Con este panorama los sindicatos, por fin, se han visto obligados a convocar movilizaciones incluída una huelga general el 29 de septiembre.

Es imprescindible participar en estas movilizaciones de manera activa y militante, informando de su importancia al personal que nos rodea, con el fin de conseguir su participación.

Tenemos que detenernos a pensar qué será de nosotros en el futuro si estas movilizaciones fracasan. Qué será de nosotros si los sindicatos fracasan cómo esperan los que nos atacan con tanta fiereza. Y, nos guste o no, de momento no hay otros que puedan hacer un llamamiento para movilizar y paralizar el país en defensa de la gente trabajadora.

Aún, con la movilización en marcha, sí que pueden, y deben, invitar al resto de las fuerzas sindicales, sociales y políticas comprometidas con la defensa de nuestros derechos para que se sumen y aporten sus criterios, con el compromiso firme de afrontar en el futuro con criterios de unidad, la defensa de los derechos de la población trabajadora y, de verdad, un nuevo modelo económico equitativo y respetuoso con el medio ambiente.

También tiene que quedar claro que estas movilizaciones no tienen que ser una mera protesta, contra unas medidas que ya no tengan vuelta atras. Si el gobierno no rectifica hay que convocar otra huelga general inmediatamente.


Tenemos que conseguir que nos respeten.Mucho nos va en ello.
...............................Junio de 2010

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2 comentarios:

  1. Desde este espacio la sección sindical de comisiones obreras de Alumalsa queremos mandar un saludo a nuestro compañero Fernando Martin que lo tenemos enfermo pero lucido como hemos podido comprobar en esta reflexión que no ha aportado para este blog.

    Animo Fernando te hechamos de menos que sigas mejorando.

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  2. Anónimo30.6.10

    a none a ves legaoo los putos obreros en este pais

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